La OMS recomienda a las madres de todo el mundo que amamanten a los lactantes de forma exclusiva durante los seis primeros meses para conseguir un crecimiento, un desarrollo y una salud óptimos. Una vez transcurrido este periodo, se recomienda ofrecerles otros alimentos complementarios y continuar la lactancia hasta los dos años e incluso más.
Las organizaciones internacionales del ámbito sanitario coinciden en que la lactancia para una correcta nutrición durante este periodo ayuda al desarrollo cerebral de los bebés, fomenta su crecimiento, mejora sus oportunidades escolares y limita los riesgos de desarrollar trastornos como diabetes u obesidad en un futuro.1 Medela reconoce plenamente esta declaración.
Los primeros mil días de la vida de tu bebé, desde su concepción hasta más o menos su segundo cumpleaños, te ofrecen una oportunidad de oro para sentar las bases de su salud y bienestar futuros.2 Desde el mismo momento en que te quedas embarazada, tu cuerpo comienza a conformar un nuevo ser humano. Pero, además, al cabo de un mes también empieza a desarrollar un asombroso sistema de alimentación.3 Tu leche materna no solo está repleta de proteínas, minerales, vitaminas y grasa en la proporción exacta que tu bebé necesita, sino que, además, esta posee miles de agentes protectores, factores de crecimiento y células que combaten las infecciones, contribuyen al desarrollo cerebral del bebé y sientan las bases de su salud futura (y de la tuya). La lactancia te protege contra el cáncer de mama y también puede protegerte contra el cáncer de ovarios y la diabetes tipo 2.1
Tu increíble leche materna está hecha a la medida de tu bebé en cada fase de su desarrollo, desde recién nacido hasta que da sus primeros pasos, y va cambiando conforme a sus necesidades diarias. 4 Tu leche materna incorpora, literalmente, miles de ingredientes diferentes que, en su inmensa mayoría, no se pueden replicar artificialmente.
Además, no necesitas un estilo de vida perfecto para poder dar el pecho. De hecho, hay estudios de diferentes partes del mundo que demuestran que, incluso en madres desnutridas,5 la lactancia tiene efectos positivos para su salud y la de sus bebés, en comparación con la alimentación con leche de fórmula.1
¡Y no solo eso! Dar el pecho también es mejor para el medioambiente que alimentar al bebé con leche de fórmula, porque no requiere explotaciones ganaderas intensivas ni un consumo de agua excesivo, su procesamiento no genera emisiones de fábricas ni de combustibles fósiles, ni tampoco emisiones o combustibles de transporte. Además, no necesita envase. Solo en los EE. UU., se utilizan 550 millones de envases de leche de fórmula al año. 6
No se recomienda complementar la lactancia con leche de fórmula. Tus pechos necesitan la estimulación frecuente del amamantamiento para que puedas generar un buen suministro de leche materna tanto para ahora como para el futuro. Si quieres introducir tomas con biberón, recomendamos que esperes hasta que tu suministro de leche esté bien establecido y la lactancia vaya bien. Introducir tomas de leche de fórmula con biberón hace que los bebés se sientan llenos y no quieran tomar el pecho con tanta frecuencia. Esto, a su vez, reduce la capacidad del pecho de producir la leche suficiente. La leche de fórmula solo debería usarse si es necesario por motivos médicos, y estos motivos deben consultarse con el profesional sanitario en cuestión.
Bibliografia: https://www.medela.es/empresa/...